Todos los detalles del vestido de novia de Victoria Hermosilla, nueva integrante de la familia Botín

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La hija de Silvia Gómez Cuétara utilizó un dibujo realizado por la libanesa Sandra Mansour.

El pasado 13 de agosto, Victoria Hermosilla, la última de los cuatro hijos del abogado Ramón Hermosilla y la socialité Silvia Gómez-Cuétara, se mostró como una digna heredera de su madre. La viuda de Luis García Cereceda, promotor del urbanismo madrileño La Finca, y actual pareja del magnate Juan Antonio Pérez-Simón, es una de las mujeres más elegantes de nuestro país. Siguiendo sus pasos, su hija de 24 años deslumbró a todos los presentes en su boda con Emilio Botín, nieto del mítico presidente del Banco Santander, con un romántico vestido midi de tul con volantes. El acto fue civil y, como informó LOC en exclusiva este fin de semana, se celebró en los frondosos jardines de la finca Puente San Miguel que la gran dinastía financiera tiene en Reocín (Cantabria), frente al monumento erigido por don Emilio Botín, quien Falleció en 2014, en memoria de su bisabuelo, Marcelino Sanz de Sautuola, y de su abuela, María, descubridores de las pinturas rupestres de la cueva de Altamira.

Como el código de vestimenta era relajado al tratarse de un evento al aire libre, la novia, de profundos ojos verdes y belleza casi idéntica a la de su madre, fue la primera en cumplir el precepto al lucir una imagen que asemejaba a la de una bailarina. En concreto, se trataba de una pieza llamada Fureur de Vivre (“Rage for Living”, en francés), diseñada por Sandra Mansour, una costurera nacida y criada en Ginebra (Suiza) pero de origen libanés que, en 2021, ya era la responsable de la vestido que lució Daria Botín, hermana mayor de Emilio y cuñada de Victoria, en su boda con el empresario francés Aymon Brunel, celebrada en el mismo recinto familiar, pero en su caso en la iglesia.

Victoria, que en el pasado lanzó la marca de zapatos Chivis, unas plataformas que llevan desde su madre sus elegantes tías, Mónica y Eva Gómez Cuétara, quiso ir lo más natural posible y combinó el traje con alpargatas blancas. Al mismo tiempo, como se puede ver en las imágenes tomadas por los fotógrafos contratados para la ocasión, el estudio Plata.Forma, lució únicamente aretes de perlas en forma de flor y completó el look con maquillaje y un peinado muy sencillo al mismo tiempo. . quien, en lugar del velo, añadió un lazo blanco. No ostentoso, pero sí elegante.

Sandra Mansour, la reina de los armarios de la alta sociedad

Mansour es un diseñador con amplia experiencia en la alta sociedad, incluida la realeza. “Cada vestido tiene su historia. Es un viaje que hacemos con la novia, un vínculo muy íntimo entre diseñador y novia para hacer realidad sus sueños, desde el boceto inicial hasta el día de la boda”, dijo a Hello! en 2017 cuando se supo que ella era la responsable de los tres looks (uno para la fiesta previa a la boda, otro para la ceremonia civil y un tercero para la religiosa) que lució la princesa Catalina de Hannover en su boda con el príncipe Ernesto, el hijo mayor del tercer marido de la princesa Carolina de Mónaco.

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A libanesa foi também uma das responsáveis ​​por vestir a Baronesa Cleópatra von Adelsheim von Ernest durante o seu casamento com Franz-Albrecht, Príncipe de Oettingen-Spielberg, realizado em 2016, diante de convidados como o Príncipe Harry de Inglaterra ou Beatrice Borromeo como dama de honor. Hoy en día, el matrimonio vive en Madrid y ella, que soñaba con ser actriz, es una presencia constante en las páginas rosas por su amistad con otras princesas, como Alessandra de Osma, o reinas del buen gusto, como María de la Orden. Otros miembros de la realeza que generalmente confían en Sandra Mansour son las princesas Victoria y Magdalena de Suecia o Alejandra de Hannover.

Karla Covarrubias, una invitada “muy buena onda”

El matrimonio entre Emilio y Victoria se celebró en la más estricta intimidad. Sin embargo, sumergiéndonos en el perfil de Instagram de su cuñada, la chef Karla Covarrubias, casada con el hermano mayor de la novia, el empresario inmobiliario Ramón Hermosilla, y a quien todos llaman “Chula”, podemos ver el modelo que utilizó la mexicana: una túnica de flores de la marca italiana La DoubleJ y unos zapatos de Inés Domecq.

El novio, segundo de los cuatro hijos del banquero Emilio Botín y la aristócrata Elisabeth d'Ornano, embajadora de Sisley, empresa de cosméticos creada por sus padres, vestía pantalón y camisa blancos, además de chaqueta verde. Sin embargo, no se reveló el disfraz de Silvia, quien, sin duda, fue la invitada más especial. “A ella le gusta estar cómoda, pero con un toque de extravagancia. Se viste en dos minutos. ropa; Si encontramos algo que nos queda de maravilla, lo hacemos de todos los colores”, confesó alguna vez Victoria Hermosilla a esta periodista durante una entrevista con Vanity Fair.

El matrimonio de las cuatro dinastías.

De esta forma, esta conexión hasta ahora mantenida en secreto unió a cuatro dinastías: Botín, la más importante de las finanzas españolas; los Hermosillas -algunos de los casos más sonados de nuestra historia judicial pasaron por el despacho compartido por el abuelo y el padre de la novia: 23-F, Banesto, Ibercorp, Matesa, Rumasa o Banesto-; los Gómez-Cuétara -fundadores del imperio Cuétara y Risi, cuyos productos van desde las galletas María hasta las lombrices infantiles- y, finalmente, los d'Ornano, creadores de Sisley.

Estos últimos también pueden estar orgullosos de tener entre sus antepasados ​​al propio Napoleón, a Guillaume d'Ornano, uno de los creadores de Lâncome, o a Michel D'Ornano, ministro del ex presidente francés Giscard d'Estaing.

Furia por vivir, un nombre en un vestido nunca había tenido tanto sentido.

Según criterios de The Trust Project

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