Muere Silvia Pinal, diva del cine mexicano
Las grandes divas mexicanas de la época dorada tenían claramente su zona de influencia. Así como Dolores del Río personificó la belleza serena de la exportación y María Félix la “doña” de carácter impredecible, Silvia Pinal ocupó en el inconsciente colectivo el lugar de diosa y matriarca accesible, humana, multifacética y contradictoria de una de las dinastías más importantes. importantes obras artísticas del país. Este jueves falleció la gran actriz a los 93 años y su país se puso de luto para despedirse de ella.
La musa de Luis Buñuel y protagonista de películas como Un extraño en las escaleras (1955) y Viridiana (1961) fue hospitalizada hace unos días a causa de una infección urinaria.
Pinal tuvo una carrera de más de seis décadas y participó en más de 60 películas producidas en México, Argentina, España e incluso Estados Unidos. A partir de la década de 1960 inició su igualmente prolífica carrera televisiva, con programas como Mujer: Casos de la Vida Real y Silvia y Enrique y las telenovelas El Privilegio de Amar y Soy tu dueña. A la par de su faceta como actriz, se destacó como productora teatral, incursionó en la política y fue dirigente de la Asociación Nacional de Actores Mexicanos entre 2010 y 2014.
En lo personal, estableció toda una dinastía de mujeres dedicadas a las artes: dos de sus hijas, Sylvia Pasquel y Alejandra Guzmán, iniciaron exitosas carreras en el teatro y la música, respectivamente. Pero su legado no terminó con ellos: la actriz fue abuela de la cantante y actriz Stephanie Salas, la modelo y empresaria Frida Sofía, y bisabuela de la modelo Michelle Salas, hija de Luis Miguel.
Su hija Sylvia se despidió de ella en las redes sociales con un emotivo post: “Te fuiste y una parte de nosotros se fue contigo. Su recuerdo vivirá siempre en nuestros corazones. Gracias por amarnos como a nadie, por tu bondad y por todo lo que nos diste en la vida. Querida Mamacita, aunque tu partida deja mucha tristeza en nuestras vidas, también nos dejas un legado de amor, fortaleza y creatividad artística que honramos”, escribió la también reconocida actriz. Y agregó: “Vivirás siempre en el corazón de quienes te aman y admiran. Muchas gracias, viva la gran estrella que siempre brillará. “Viva por siempre la gran diva Silvia Pinal”.
Pinal nació en Guaymas, en el estado de Sonora, al norte de México, el 12 de septiembre de 1931 y se mudó con su familia a la Ciudad de México cuando aún era pequeña. No pasó mucho tiempo para que su encanto y gracia se convirtieran en una de las chicas más buscadas de la radio y la televisión. Pero descubrió su gran pasión a los 17 años, cuando la llamaron para interpretar un papel en la película Bamba, de Miguel Contreras Torres.
Aunque en aquella época las estrellas poblaban el cielo y las pantallas mexicanas, Pinal tenía dos características distintivas que la llevaron a ocupar un lugar propio e intransferible: su voz sensual y ronca y su innegable atractivo físico. En poco tiempo, y siendo todavía un adolescente, ya compartió reparto con Pedro Infante en La mujer que perdí (1949), Cantinflas en Puerta, joven (1950) y con Tin Tan en El rey del barrio. (1950).
El mismo año en que debutó en la pantalla grande, Silvia caminó al altar con el productor Rafael Banquells y un año después nació su primera hija, Sylvia. Pero el matrimonio no duró. En 1952, el año en que ganó su primer premio Ariel por su trabajo en A Corner Near Heaven, se divorció.
Pinal pronto se convirtió en una de las grandes favoritas del público, en gran parte por el impacto que logró gracias a su actuación en Un extraño en la escalera (1954) junto a Arturo de Córdova, uno de los protagonistas que, confiesa, hace tiempo, rompió su corazón. Otras de sus películas más famosas de esa década fueron Locura pasional (1955) y La dulce enemiga (1956).
También trabajó a las órdenes del director argentino Tulio Demicheli. De hecho, fue gracias a él que su carrera dio un giro hacia historias más adultas y papeles inusualmente sensuales. Títulos como Préstame tu cuerpo, Una golfa y Desnúdate Lucrecia, todos ellos estrenados en 1958, ayudaron a consolidar su nuevo perfil como mujer fatal. Junto al director, luego se radicó en España -algo común en las grandes actrices mexicanas de la época- para ampliar su mercado. Allí filmaron a Adeus, Mimí Pompón y Maribel y la extraña familia.
Después de años en los que su nombre aparecía siempre en las páginas de cotilleo acompañado del de algún compañero ocasional, en 1961 decidió darle otra oportunidad al matrimonio. Su nuevo marido, el empresario Gustavo Alatriste, produjo, junto a Juan Antonio Bardem, la principal película de Buñuel: Viridiana.
La película supuso el regreso del director español a su tierra natal, tras estar alejado por sus diferencias con la dictadura franquista. Aunque el director obtuvo autorización para filmar en territorio ibérico, la censura del régimen le obligó a cambiar el final de la historia.
Viridiana está considerada una de las mejores películas del cine español y fue la primera en ganar la Palma de Oro en el Festival de Cannes. En él, Pinal interpreta a una recién llegada cuyo tío (Fernando Rey) se siente atraído por ella e intenta violarla tras drogarla, una trama tan cruda como atrevida para la época. La actriz estaba tan comprometida con el proyecto que decidió ponerle a su segunda hija el nombre de la película.
La comunión entre Pinal y Buñuel continuó en la película conceptual El ángel exterminador (1962) y la comedia Simón del Desierto (1965).
Su segundo matrimonio también terminó pronto, pero Pinal no se rindió: en 1967 se casó con Guzmán, un cantante y actor 12 años menor que ella. Junto a él tuvo dos hijos, Enrique y Alejandra, quienes se convertirían en uno de los cantantes de pop-rock más destacados de México. Años más tarde, Pinal revelaría en su autobiografía Esta soy yo que su relación con Guzmán era abusiva, situación que también fue retratada en su serie biográfica Silvia Pinal, Frente de ti (2019), protagonizada por Itatí Cantoral y transmitida por el canal Las Estrellas. . Televisión.
La vida de Pinal no estuvo exenta de otras desgracias. La muerte de su hija Viridiana, de 19 años, en un accidente automovilístico, la marcó en 1982. Posteriormente se distanció de su hija mayor, ya que a Pasquel no le agradó que su madre tuviera una aventura con un hombre con con quien ha tenido una relación anteriormente.
En 2000, la diva fue protagonista de otro gran escándalo, cuando abandonó México para evitar el arresto mientras resolvía una supuesta evasión fiscal millonaria. En los últimos años, otra revelación familiar sacudiría su estabilidad emocional: Frida Sofía acusó a su abuelo y exmarido de Pinal, el actor y cantante Enrique Guzmán, de haber abusado sexualmente de ella cuando era niña. Frida Sofía también acusó a su madre de corrupción de menores y violencia familiar. Pinal inicialmente ofreció ayuda, aunque luego dijo en una entrevista que no quería involucrarse en el caso porque tenía dudas.
Seis años después de su divorcio de Guzmán, en 1982, Pinal se casó con el entonces gobernador del estado de Tlaxcala, Tulio Hernández, con quien permaneció hasta 1987. La actriz abandonó la Ciudad de México y se mudó con sus hijos a la residencia del marido.
Durante unos años se mantuvo alejada de los medios, en parte por su nuevo rol, y también porque durante esos años vivió la gran tragedia de la muerte de Viridiana y decidió vivir su duelo alejada de las cámaras y miradas indiscretas. Su regreso al mundo del espectáculo llegó por otro lado: se convirtió en productora teatral y comenzó a transmitir su famoso programa de televisión Mujer, casos de la vida real, que duró más de 20 años al aire.
La década siguiente estuvo marcada por su incursión en la política. Pinal fue diputado, senador y diputado del Distrito Federal por el Partido Revolucionario Institucional. También fue durante un tiempo secretaria general de la Asociación Nacional de Intérpretes de México.
En 2022, el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura de México le rindió homenaje. “¡Oh mamacita!”, dijo Pinal, provocando risas en el público mientras estaba en el escenario, sentada en su silla de ruedas. “Estoy muy emocionada en este momento, me siento llena”, añadió.
“Quiero agradecerte mamá”, dijo su hija Alejandra Guzmán. “Todas las cosas que nos demostraste que cualquier mujer puede hacer, porque hiciste más que eso, lograste tus sueños… Gracias por darnos talento, darnos tu sangre, darnos tu casta y siempre regalarnos esa sonrisa” , añadió.
Días antes de su muerte, su familia informó que fue hospitalizada debido a una infección del tracto urinario, pero aseguró que su condición se encontraba estable. Aunque se ha aferrado a la vida con uñas y dientes, en los últimos años su salud ha sido mala: sufrió un caso grave de covid, neumonía y, en 2020, tuvo que ser operado de la cadera tras sufrir una caída.
Con información de AP
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