El actor Johnny Depp ha ofrecido una mirada íntima y nostálgica en su experiencia como padre, concentrando la reflexión en los años que compartió con sus hijos Lily-Rose Depp y Jack Depp, el resultado de su relación con la actriz y cantante Vanessa Paradis, en una granja cerca de Sainter-Traz en el sur de Francia.
En una entrevista con The Sunday Times, Depp dijo que estaba en esta propiedad adquirida en 2001, cuando por primera vez sintió un hogar real. Según el testimonio recopilado por el medio ambiente británico, el entorno del país y la distancia de los brotes de los medios permiten a la familia disfrutar de una vida privada y tranquila, un lujo inusual para las celebridades.
Durante la conversación, Depp recordó el papel que desempeñó como padre en esos años. Informó cómo la cercanía y el afecto de sus hijos durante su infancia se resumieron en el apodo de “Padre”, que usaron con él cuando eran pequeños.
“No puedo decir cuánto me encantó ser padre”, dijo el actor con el medio ambiente, lo que refleja la intensidad emocional de ese período familiar.
El actor de 62 años compartió este recuerdo mientras miraba un retrato inacabado de su hija Lily-Rose. “Tenía 10 en ese momento y ahora hay 25”, dijo, destacando la velocidad con la que la infancia y el efecto emocional de ver cómo los adultos se convierten en adultos.
La decisión de establecer la casa familiar en Francia, no en Los Ángeles, fue promovida principalmente por Vanessa Paradis, según lo registrado por Sunday Times y para declaraciones de Paradis anteriores a la revista Belga Weekend Knack en 2007.
Paradis argumentó que prefería la vida anónima sureña y discreta de Francia contra la exposición constante en California. Hizo hincapié en que para sus hijos, era más fácil disfrutar de una infancia normal en ese entorno rural.
“Los creamos bilingües, por lo que para ellos realmente no importaba. Solo en el sur de Francia puede vivir mucho más anónimamente. Y esta es una bendición, especialmente cuando los niños son pequeños”, explicó la actriz y la cantante, colocando la privacidad como un elemento clave para crear Lily-Rose y Jack.
La granja cerca de Saint-Tropez se había convertido en el refugio ideal, ofreciendo los beneficios de un ambiente natural y tranquilo, lejos de la atención constante de los medios, destinados a una pareja tan popular.
Durante los 14 años de relación, completado en 2012, Depp y Paradis evitaban, en la medida de lo posible, que sus hijos crecieran bajo escrutinio público, apuestas sobre la educación bilingüe y una vida que se alternaba entre Europa y los Estados Unidos, que favorecían la adaptación cultural de los niños y su desarrollo personal.
En la entrevista del Sunday Times, Johnny Depp también abordó el impacto emocional del “síndrome de estrella vacío” (síndrome de nido vacío), un sentimiento de vacío y nostalgia que se apodera de muchos padres cuando sus hijos abandonan a su familia. “Los años nos escapan, ¿verdad?” El actor reflexionó, reconociendo la velocidad con la que el tiempo y el deseo pasan por los momentos compartidos durante la infancia de sus hijos.
Cuando se le preguntó sobre lo que es más débil que estos años, Depp fue abrumador: “¿Mis hijos que crecen en el sur de Francia durante la juventud?” Evidencia de que estos recuerdos ocupan un lugar privilegiado en su memoria.
Actualmente, Depp distribuye su tiempo entre el Reino Unido y las Bahamas, pasando un corto tiempo en los Estados Unidos. A pesar del cambio escénico, el actor identifica la casa en el sur de Francia como su verdadero hogar.
Esta declaración refuerza el valor emocional de la familia vivió la pasantía allí y la influencia positiva que tuvo para la creación de Lily-Rose y Jack, que, según Depp y Paradis, se alejó de la presión asociada con la celebridad.
La relación entre Depp y Paradis, a pesar de terminar en términos sentimentales desde 2012, ha dejado una marca considerable en el camino que ambos abordaron la paternidad. Su decisión de criar a sus hijos en un entorno protegido y bilingüe les permitió disfrutar de una infancia más relajada, además de la presión de los medios y la riqueza de vivir juntos entre dos culturas.