JOHN WAYNE Y SU HISTÓRICO OSCAR EN 1970
En 1970, John Wayne, una de las figuras más icónicas del cine estadounidense, experienciaba un momento de gran trascendencia en su carrera. A lo largo de su vida profesional, había trabajado en más de 160 películas, convirtiéndose en el protagonista de más de la mitad de ellas. A pesar de su popularidad y éxito en taquilla, Wayne había sido nominado al Oscar solo en dos ocasiones antes de este año: primero en 1950 por “Bloody Sands” y luego en 1961 por “El Álamo”, una película que también dirigió y produjo. Sin embargo, el reconocimiento de su talento en festivales de cine había sido escaso, y muchas veces se consideró que los premios lo eludían.
UN RETORNO TRIUNFAL
En esta ocasión, Wayne competía por el Oscar a Mejor Actor con grandes nombres de la época, como Peter O’Toole y Richard Burton. Su papel en “True Grit”, una adaptación de la novela de Charles Portis, le había otorgado a Wayne una nueva oportunidad para demostrar su valía. En esta película, interpretó a un exagente del gobierno que ayuda a una niña de 14 años a buscar al asesino de su padre. La crítica fue unánime en destacar su actuación, llamándole “entrañable” y “completa”. Publicaciones como The New York Times y Variety alabaron su entrega, enfatizando que Wayne era el corazón de la película.
EL DÍA DEL OSCAR
El 7 de abril de 1970 se convirtió en un día memorable. Barbra Streisand, famosa actriz y cantante, fue la encargada de entregar el premio. Al pronunciar su nombre, el público estalló en aplausos y muchos se pusieron de pie. Wayne, que medía 1.93 metros, subió al escenario con su característica presencia imponente. Al recibir el Oscar, hizo unas declaraciones que resonaron en la sala; dijo con humor: “Vaya, no me importaría ponerme el parche 35 años antes”, lo que provocó risas y un gran aplauso de los asistentes.
En su breve discurso, expresó agradecimiento y humildad, recordando sus años en la industria cinematográfica y reconociendo a aquellos que lo apoyaron a lo largo de su carrera. Su estilo de hablar era tan “práctico” como los personajes que interpretaba, mostrando una mezcla de gratitud y sencillez que dejó huella.
LEGADO DE JOHN WAYNE
A pesar de no haber sido un actor muy premiado, su legado en el cine es indiscutible. Más allá del Oscar, Wayne fue honrado póstumamente con la Medalla de Oro del Congreso y la Medalla Presidencial de la Libertad. Su influencia sigue presente en el cine actual y en la cultura popular, convirtiéndolo en un símbolo de los antiguos vaqueros de Hollywood.
La historia de John Wayne es un recordatorio de la determinación y la pasión por su arte. Su victoria en los Oscars de 1970 no solo coronó su carrera, sino que también fue un símbolo de cómo la perseverancia puede conducir al reconocimiento, incluso después de años de trabajo.
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