Brady Corbet respondió a la controversia de “el brutalista”: “No tenía nada que esconder”

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El director brutalista, Brady Corbet, defendió el uso de la inteligencia artificial en la posterior a la producción de su película, argumentando que era una herramienta para mejorar la autenticidad lingüística sin alterar las interpretaciones de los actores (Reuters/Mario Anzuoni)

La película de Brady Corbet, The Brutalista, generó un intenso debate en la industria del cine, no solo por su ambiciosa narrativa y su extensa duración de tres horas y treinta minutos, sino también por el uso de inteligencia artificial en su producción.

La historia, que, según el partido de París, sigue la vida de un arquitecto húngaro que emigra a los Estados Unidos después de sobrevivir a Shoah, recibió varios premios en festivales, pero su implementación de tecnologías avanzadas en las opiniones posteriores a la producción encontradas entre los cineastas y los espectadores.

El trailer brutalista. La película de Brady Corbet explora la vida de un arquitecto húngaro que emigra a los Estados Unidos después de Shoah, en una producción ambiciosa que combina cine analógico e inteligencia artificial en su posterior producción

Enrollado en una película analógica y con una estética que se asemeja a la gran película épica, el brutalista se centra en Laszlo Toth, un arquitecto cuyo éxito en los Estados Unidos se convierte en una lucha contra los intereses de un poderoso industrial, interpretado por Guy Pearce.

En diálogo con París Match, Corbet explicó que busca elegir problemas que mantengan su relevancia con el tiempo y resuenen con cualquier audiencia, independientemente de cuándo sean vistos.

Desde su presentación en el Festival de Venecia, la película ha sido ampliamente analizada por su enfoque visual y narrativo, pero también por la inclusión de la inteligencia artificial en la postproducción.

Para mejorar la pronunciación húngara de los actores Adrien Brody y Felicity Jones, el Director recurrió al software AI diseñado para modificar la voz sin alterar las interpretaciones originales. “Si no hubiera utilizado esta tecnología, me habría enfrentado a una controversia diferente: mis actores habrían hablado húngaro con un acento estadounidense o inglés”, dijo Corbet.

Adrien Brody y Guy Pearce en el brutalista. Los actores protagonizan el drama dirigido por Brady Corbet, quien sigue la historia de un arquitecto húngaro exiliado en los Estados Unidos y su relación con un influyente industrial (Lol Crawley/A24 a través de AP)

Además de trabajar en diálogos, el editor de películas Dávid Jancsó reveló en una entrevista con Redhark News que la producción también recurrió a la inteligencia artificial para generar imágenes.

Los generales crearon algunos diseños y estructuras que aparecen en las escenas finales, una decisión tomada por razones de presupuesto y tiempo.

“Hablar sobre la industria es difícil, pero no debería serlo”, dijo Jancsó, quien ve esta tecnología como una herramienta que nos permite acelerar el proceso sin reemplazar el trabajo humano, dijo a Wired.

Por su parte, Corbet también se refirió al problema en las declaraciones de The Hollywood Reporter y aclaró que el inglés no fue editado con IA y que la tecnología se usó solo para mejorar ciertos sonidos en húngaro. “Fue un proceso manual, llevado a cabo por nuestro equipo y luego por respeto posterior a la producción”, dijo el director.

El director confiaba en Brody para interpretar al arquitecto húngaro Laszlo Toth, destacando su conexión personal con Hungría y su capacidad para transmitir la melancolía del personaje (Jeff Overs/BBC/Landout a través de Reuters)

El uso de la inteligencia artificial en la industria del cine no se limitó al brutalista. La película de Jacques Audiard, Emilia Pérez, también fue criticada por respetar la voz de la actriz Karla Sofa Gasco, combinándola con la de la cantante francesa Camille.

Como informó Wared, esta práctica causó una controversia similar dentro de los límites del uso de la película y su impacto en la interpretación de la acción.

El debate trascendió el área posterior a la producción y alcanzó el proceso creativo. El director y guionista Paul Schrader experimentó ChatGPT para generar ideas de guiones y se sorprendió por su capacidad para producir conceptos originales en segundos.

“Todas las ideas que se me ocurrieron en Chatgpt fueron buenas. Y original. Y bien desarrollado. ¿Por qué los escritores pasan meses buscando una idea cuando la inteligencia artificial puede proporcionar una en cuestión de segundos?

La actriz española fue parte de la controversia sobre el uso de la inteligencia artificial en el cine, después de que su voz se modificó con el software en relación con la combinación con el del cantante francés Camille (Shanna Besson/Netflix a través de AP)

Según Paris Match, el caso del brutalista reflejó la creciente influencia de la inteligencia artificial en el cine y las divisiones que genera en la industria.

Si bien algunos consideran una herramienta útil para mejorar los aspectos técnicos y la optimización de los tiempos de producción, otros temen que su uso excesivo pueda reducir la autenticidad al trabajo de actores, escritores y otros profesionales.

En declaraciones a París Match, Corbet defendió su posición y argumentó que la tecnología ayudó a los detalles perfectos que habrían sido criticados de otra manera.

Jancsó, por otro lado, enfatizó en Redhark News que el uso de IA en la película respondió a necesidades de producción específicas sin reemplazar el trabajo creativo humano.

El debate sobre la inteligencia artificial en el cine sigue siendo abierto y plantea preguntas sobre el equilibrio entre la innovación tecnológica y la preservación de la esencia artística. La recepción del brutalista, según Paris Match, sugiere que la industria todavía está en proceso de definir los límites de esta herramienta en la creación de películas del futuro.

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