Adiós a Kris Kristofferson, la leyenda del country que hizo historia en el cine desde 'Heaven's Gate' hasta 'Blade'

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Kris Kristofferson, el ícono del cine y la música country que murió a los 88 años en Hawaii, podría haber sido cualquier cosa. Hijo de un alto comandante de la Fuerza Aérea estadounidense, destacó desde muy joven en todos los ámbitos a los que se dedicó, desde el académico (tras graduarse summa cum laude en Literatura, se fue a Oxford con una beca Rhodes para obtener su doctorado .D.) al deporte, logrando éxitos en el rugby, el fútbol americano y el boxeo.

Sin embargo, Kristofferson arruinó tanto su vocación literaria como la carrera militar que su familia le animaba a seguir (aunque estaba orgulloso de saber pilotar helicópteros). En su lugar, optó por la música country, un escenario en el que trabó amistad con personajes tan diferentes como Janis Joplin, Willie Nelson y Johnny Cash, dejando su huella como compositor, primero, y luego como intérprete.

Sumando a esto su atractivo físico, era cuestión de tiempo que el cine se fijara en él. Y, si a esto le sumamos que el éxito musical de Kristofferson fue paralelo al auge del 'Nuevo Hollywood' de los años 70, entenderemos que su rostro aparezca en películas de grandes directores de la época, como Martin Scorsese, Michael Cimino y , sobre todo, Sam Peckinpah.

Películas de Kris Kristofferson

La carrera cinematográfica de Kristofferson comenzó con fuerza: un pequeño papel en The Last Picture Show (1971), un disturbio de cocaína filmado en Perú por Dennis Hopper tras el éxito de Easy Rider, cuyo fracaso de crítica y taquilla llevó al actor a la carrera de director. el borde.

Sin embargo, el nuevo actor supo evitar las consecuencias de este revés. Tras debutar como protagonista en Cisco Pike, thriller con guión de Robert Towne (Chinatown), actuó para Paul Mazursky en la comedia Blume in Love (1973). Y, poco después, dio vida a un mítico forajido en la incomprendida Pat Garrett y Billy the Kid (Peckinpah, 1973), cuyo reparto coincidió con James Coburn y otro músico que llegó a ser actor, un tal Bob Dylan.

Al año siguiente, Kristofferson estrenó dos de sus mejores películas. Por un lado, actuó como personaje secundario en Quero a Cabeça de Alfredo García, el thriller más violento y nihilista de Peckinpah. Por otro lado, coprotagonizó con la ganadora del Oscar Ellen Burstyn Alice Doesn't Live Here Anymore, un drama musical y romántico dirigido por Scorsese que recientemente ha llegado a la corriente principal.

Scorsese no volvería a trabajar con Kristofferson, aunque le dedicó un cariñoso guiño en el diálogo de Taxi Driver (1976). En cambio, el actor y músico se embarcó en proyectos como Los días inmundos de los extranjeros (1976), adaptación de una novela de Yukio Mishima. También trabajó con Barbra Streisand en Ha nacido una estrella (1976), el segundo remake del clásico de 1937 que arrasó en taquilla y ganó el Oscar a la mejor canción original.

En 1978, Kris Kristofferson se reunió con Peckinpah en la comedia de camiones Convoy. Y, dos años más tarde, su carrera dio un giro con Heaven's Gate: si bien la película de Michael Cimino hoy tiene fama de obra maestra, en su momento fue un desastre económico cuya megalomanía provocó el pánico en la productora United Artists, marcando el inicio de la película. El fin de la era de los directores de autor en el cine estadounidense.

La decadencia de los ochenta y el resurgimiento de los vampiros

Heaven's Gate arruinó el acceso de Kris Kristofferson al estrellato cinematográfico. Si bien, en los años siguientes, el músico trabajó con directores como Alan J. Pakula (A Woman in Business, 1981) y Alan Rudolph (Concerns, 1985), su carrera se fue llenando cada vez más de trabajos gastronómicos y películas para la televisión, como aquel remake de Stagecoach (1985) en el que también participaron sus amigos musicales Johnny Cash, Willie Nelson y Waylon Jennings.

En 1987, el público lo vio en Amerika, una miniserie de historia alternativa sobre los Estados Unidos ocupados por los soviéticos que sigue siendo uno de los mayores desastres de la televisión estadounidense. La carrera de Kristofferson durante los siguientes años fue de mal en peor, incluida una película (Gentlemen, 1991) dirigida por el ilustre 'machaca' Albert Pyun de la película B.

Aunque el actor todavía no pudo resistirse al encanto de un cheque, aunque le llevó a trabajar con Steven Seagal (En tierra peligrosa 2, 1997), su estatus entre la crítica mejoró gracias a Lone Star (1996), dirigida por John Sayles. y Candidato al Oscar al Mejor Guión. En 1997, fue su papel en Blade lo que llevó a muchos espectadores a identificarlo como el mentor gruñón del cazador de vampiros Wesley Snipes.

La carrera de Kristofferson siguió sumando títulos, algunos con directores ilustres (A Soldier's Daughter Never Cries, 1998, dirigida por James Ivory) y con repartos estelares (What's the Matter with Men, 2009, con Ben Affleck, Jennifer Aniston, Bradley Cooper et al. Sin embargo, siguió lleno de títulos más pequeños y trabajos útiles como actor de doblaje.

El último largometraje de Kris Kristofferson supuso, sin embargo, una vuelta a sus raíces: dirigida por Ethan Hawke, Blaze (2018) le devolvió a la escena country alternativa de los años 70, un mundo que conocía bien y donde se forjó su grandeza a través de una película. de sus figuras más trágicas y misteriosas. Entonces, digamos adiós.

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