CONTROVERSIA EN EL KENNEDY CENTER POR NOMBRE DE TRUMP
El Kennedy Center, uno de los teatros más renombrados de Estados Unidos, se enfrenta a una creciente oleada de protestas y cancelaciones de actuaciones tras la decisión de una junta nombrada por el expresidente Donald Trump de añadir su nombre al centro. Los artistas han reaccionado de manera contundente y han decidido no participar en una serie de eventos programados, alegando motivos políticos.
CANCELACIONES DE ARTISTAS
Recientemente, el grupo de jazz conocido como Los Cookers anunció su retiro de “A Jazz New Year’s Eve”, un evento anual que cuenta con una destacada asistencia de la comunidad. En su sitio web, expresaron su frustración al tomar esta decisión “muy rápidamente”, y lamentaron cualquier inconveniente a los asistentes. Asimismo, el grupo de danza Doug Varone and Dancers también se retiró de una presentación programada para abril, argumentando que ya no podían permitir que su público asistiera a lo que alguna vez consideraron una gran institución.
Estas cancelaciones se suman a la reciente decisión del músico Chuck Redd de cancelar su actuación el día de Nochebuena. Además, la venta de entradas para el centro ha visto una caída significativa, junto con una disminución del 35% en los ratings de la transmisión del Kennedy Center Honors este año, lo que demuestra un cambio en la percepción pública.
UNA AÑO DE TENSIÓN
Toda esta situación se desarrolla en un contexto complicado. Desde que Trump tomó control de la junta directiva del Kennedy Center, el ambiente se ha vuelto tenso para muchos artistas que sienten que no pueden asociarse con la nueva administración. Este año ha visto a varios artistas prominentes, como Issa Rae y los creadores de “Hamilton”, cancelar sus compromisos en el centro, lo que es un reflejo claro de la incomodidad que sienten ante las decisiones actuales.
Los Cookers, aunque no mencionaron directamente el cambio de nombre, afirmaron que en futuras actuaciones querrán asegurarse de que el lugar pueda celebrar la diversidad y la riqueza de la música. Uno de sus miembros, el saxofonista Billy Harper, fue más explícito al declarar que nunca consideraría actuar en un lugar que estuviera asociado con el racismo y la destrucción de la cultura afroamericana.
RESPUESTA POLÍTICA
Richard Grenell, un aliado de Trump que ha asumido el liderazgo del Kennedy Center, defendió el cambio de nombre, sugiriendo que los artistas que están cancelando sus shows solo estaban siguiendo las directrices de un liderazgo anterior más “de izquierda”. En una declaración reciente, insinuó que están recibiendo numerosas solicitudes de “artistas auténticos” que están dispuestos a actuar independientemente de sus opiniones políticas.
Por otra parte, algunas voces no están de acuerdo con boicotear el centro. Randy Barrett, un músico de Bluegrass, expresó su preocupación sobre la politización del lugar, argumentando que el arte y la música son esenciales para unir a la sociedad, especialmente en tiempos de división.
LEGALIDAD DEL CAMBIO DE NOMBRE
Según la ley, cualquier cambio en el nombre del Kennedy Center requeriría la aprobación del Congreso, ya que fue establecido como un monumento a John F. Kennedy tras su asesinato en 1963. La legislación que lo creó prohíbe claramente cambiar el nombre del edificio o dedicárselo a otra persona.
La controversia que rodea al Kennedy Center pone de relieve la tensión entre el arte y la política, y plantea cuestiones sobre la libertad de expresión y el papel de la cultura en la sociedad.
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