aparente 'dolce vita' en plena lucha contra Carlos III

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La situación del príncipe Andrés es uno de los mayores quebraderos de cabeza del rey Carlos III. Muy preocupado por la imagen de la monarquía y consciente de la importancia de evitar escándalos, Carlos III se mantuvo firme con su hermano y no está dispuesto a permitirle retomar su rol oficial en ningún momento. El duque de York fue destituido de la firma en 2019 tras su implicación en el caso Jeffrey Epstein y la desastrosa entrevista que concedió a Emily Maitlis. Una entrevista que, de hecho, ya ha sido objeto de algunas series y documentales que la han vuelto a poner de actualidad. De hecho, se sabe que el príncipe Felipe de Edimburgo tuvo mucho que ver en la decisión de la reina Isabel de destituir a Andrés. En 2022 le retiraron sus patrocinios y títulos militares.

Para la monarca, el duque de York siempre fue su hijo predilecto y trató de protegerlo hasta el final. Es más, incluso intentó rehabilitar su imagen tras el acuerdo que puso fin al caso Virginia Giuffre. Sin embargo, aunque Carlos III no quiere dejar en apuros a su hermano, tampoco quiere que Andrés tenga relevancia pública.

El príncipe Andrés a caballo. (Foto: Gtres).

En este escenario, tras la muerte de Isabel II, Andrés quedó relegado a una figura familiar, apartado de los compromisos oficiales, además de algunos compromisos familiares puntuales, como la coronación de su hermano.

La delicada situación del príncipe Andrés

Un ostracismo que afectó mucho al duque de York. Según varias fuentes, el príncipe lleva un tiempo bastante triste y abatido, lo que ha causado preocupación en su familia. Probablemente por ello, el rey Carlos III le concedió algunas licencias, como la de abrirle de nuevo las puertas a Sarah Ferguson en la familia, a pesar de los escándalos del pasado. Un detalle en el que también tuvo mucho que ver la reina Camilla, que valora el trabajo de la duquesa de York fuera de la institución.

Aunque no tiene ningún papel oficial, el príncipe Andrés se niega a dar marcha atrás y aceptar su nuevo estatus. El rey Carlos III le pidió que abandonara la Logia Real después de que le retiraron su misión oficial y se descubrió que no tenía los medios para hacer frente a los gastos de mantenimiento de la propiedad. Charles le ofreció las llaves de Frogmore Cottage después de pedirle a los duques de Sussex que la vaciaran, pero Andrés no cedió. Por cierto, la casa está dentro del perímetro de seguridad de Windsor.

Cabaña Frogmore, Windsor. (Foto: Gtres).

El duque de York, a pesar de todo, se atrinchera en su propia residencia, aferrándose al acuerdo que le da derecho a permanecer allí durante 75 años (a partir de 2003) por una suma de 250 libras semanales. Eso sí, siempre y cuando mantengas la casa en perfectas condiciones. El príncipe ya invirtió alrededor de siete millones de libras cuando se mudó tras la muerte de su abuela.

Esto es precisamente lo que le cuesta hacer, porque la Tienda Real necesita una serie de trabajos de reparación y mantenimiento que Andrés, en su situación actual, no puede realizar. Desde la primavera de 2023, el príncipe no recibe su asignación anual y ya no cuenta con la reina Isabel para apoyarlo. La situación es tan tensa que los medios británicos hablan del asedio a la Royal Lodge.

El príncipe Andrés en un evento privado en Windsor. (Foto: Gtres).

Aunque el tío del Príncipe de Gales no tiene ingresos y está a punto de perder su equipo de seguridad, la actitud de Andrew es bastante tranquila. Prueba de ello es que sigue siguiendo muchas de sus rutinas y es habitual verlo cabalgando por los terrenos de Windsor, como si nada hubiera cambiado. Una aparente dolce vita que puede interpretarse como una forma del duque de York de escapar de una situación que, tarde o temprano, acabará complicándose.

No tanto porque el rey Carlos III le presione mucho más, sino porque el actual Príncipe de Gales no querrá que su tío siga disfrutando de los privilegios de una vida real sin realizar ningún tipo de aportación a la institución.

El príncipe Andrés relajándose al volante de un coche. (Foto: Gtres).

Una disputa innecesaria

La negativa de Andrés a abandonar la antigua casa de la reina madre generó un importante descontento con el rey Carlos III y, según algunas fuentes, con el príncipe Guillermo. El heredero reside en Adelaide Cottage, una propiedad muy modesta que muchos consideran inadecuada para un Príncipe de Gales. El Royal Lodge sería el lugar ideal para Kate Middleton y la familia de William.

Imagen de Adelaide Cottage, Windsor. (Foto: Gtres).

Ante la actitud de Andrés, el rey Carlos III continuó con la presión y destituyó al equipo de seguridad de 10 personas que financiaba con sus fondos privados. Una decisión sobre la que el duque de York no se ha pronunciado, aunque implica que, si quiere tener protección, tendrá que pagarla él mismo. Algo poco probable teniendo en cuenta su delicada situación económica, ya que ya no recibe su asignación anual.

Andrés frente a Harry

Se ha hablado mucho de que el príncipe Harry y el duque de York han sido los dos mayores quebraderos de cabeza del rey Carlos III desde el final de la vida de la reina Isabel y el comienzo del reinado de la nueva monarca. Sin embargo, lo cierto es que Andrés le dio al rey menos problemas que su hijo. El monarca estableció una línea divisoria muy clara entre lo oficial y lo privado, pero nunca habló mal de Andrés quien, de hecho, tampoco criticó a nadie de su familia.

Es más, a pesar de los escándalos, Andrés todavía puede participar en eventos familiares privados y nunca le han cerrado las puertas. Una situación distinta a la de Harry y Meghan, a quienes Carlos III pidió expresamente entregar las llaves de Frogmore House debido a los constantes ataques a miembros de la Firma.

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